En varios colegios públicos de Valencia ha comenzado un programa piloto que combina clases presenciales con entornos digitales de aprendizaje. Este modelo híbrido busca fomentar una enseñanza más flexible, personalizada y adaptada a los ritmos de cada estudiante.

La iniciativa, impulsada por la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, integra plataformas educativas como Moodle y Google Classroom con pizarras interactivas, materiales audiovisuales y sesiones colaborativas online. Cada alumno dispone de un dispositivo portátil y conexión garantizada.

Los docentes reciben formación continua en competencias digitales y metodologías activas. “No se trata solo de usar tecnología, sino de cambiar el enfoque pedagógico hacia el aprendizaje autónomo y la evaluación por competencias”, explica Teresa Bernal, directora de uno de los centros participantes.

Las familias también han sido incluidas en el proceso a través de talleres y canales de comunicación directa. Esto ha contribuido a reducir la brecha digital y a crear un ambiente más participativo y comprometido.

Aunque aún es pronto para medir resultados académicos, las primeras valoraciones son positivas: más implicación del alumnado, mejor seguimiento de tareas y mayor motivación en clase. El programa se expandirá a más centros en el curso 2025-2026.

Este modelo híbrido representa una evolución natural del sistema educativo post-pandemia, donde la flexibilidad y la personalización se convierten en pilares esenciales para el éxito escolar.