Las startups españolas están adoptando modelos de economía circular con creciente entusiasmo, transformando sectores como el textil, la alimentación y la electrónica. Desde apps para compartir ropa hasta plataformas de reventa tecnológica, el enfoque sostenible ya no es una tendencia, sino una estrategia de negocio sólida.

Un estudio del Observatorio de Innovación Sostenible reveló que más del 60% de las nuevas empresas fundadas en 2024 incluían principios de circularidad en su modelo operativo. Esto incluye procesos de reciclaje interno, productos reutilizables y cadenas de suministro sostenibles.

Barcelona y Bilbao se posicionan como polos clave de esta revolución verde, con incubadoras especializadas en innovación ambiental y financiación pública para prototipos ecológicos. Iniciativas como GreenTech Lab o Impact Hub han jugado un papel importante en la aceleración de estas ideas.

Para muchos emprendedores, la sostenibilidad no solo responde a una conciencia ambiental, sino también a una demanda creciente de consumidores. “Los clientes buscan marcas responsables y transparentes. Integrar la circularidad es una ventaja competitiva”, señala Javier Molina, fundador de una startup de packaging reutilizable.

Sin embargo, los retos persisten: escasa legislación adaptada, barreras logísticas y falta de incentivos fiscales para empresas pequeñas. Organizaciones como Ecoembes y Rezero reclaman una reforma regulatoria que favorezca el crecimiento del ecosistema circular.

A pesar de los desafíos, el futuro parece prometedor. Las startups tecnológicas españolas están demostrando que es posible crecer de forma rentable sin perder de vista el impacto ecológico y social de sus actividades.